Las empresas hoy conviven con tres generaciones: Los llamados Baby Boomers, la Generación X y la Generación Y. Con las diferentes necesidades e intereses de las generaciones ¿qué tendencias deben manejar los negocios para los próximos 10 años?
Por Diego Pasjalidis (@diegopasjalidis) – experto en Estrategias e innovación, fundador de inspirativa.com
En las empresas de hoy encontramos un interesante mix generacional, que podemos dividir fundamentalmente en tres grandes grupos generacionales:
a) Baby boomers: nacidos entre 1945 y 1965, comenzaron a oponerse a los valores tradicionales, buscaban ingresos materiales, una profesión y sentirse productivos. Creían en el valor de estudiar, ser empleados full time y fuertemente comprometidos con las empresas.
b) Generación X: nacidos entre 1966 y 1980, están desilusionados con los valores de sus padres, son solidarios entre sí, individualistas, rebeldes, escépticos, quieren las cosas “ya”, y no creen en las instituciones (viven en pareja en lugar de casarse). Buscan el balance entre el trabajo y la vida y están mucho más globalizados.
c) Generación Y: nacieron a partir de 1981. Cuestionan la forma de hacer las cosas, viven al minuto, conectados. Son irreverentes, desafiantes, a la vez que tienen una fuerte tendencia al respeto y aceptación por la diversidad, la justicia, la solidaridad y el ambiente. Le dan menos importancia al dinero, alternan trabajos con viajes, son estéticos y no tienen compromisos con las organizaciones. Buscan calidad de vida, diversión en el trabajo, buscan ser distintos y no parte de una masa.
Con la Generación X comenzando a asumir funciones directivas más importantes en la medida que comienza el recambio de los Baby Boomers, las empresas están percibiendo como una amenaza para los cuadros de reemplazo que deben cubrir “hacia abajo”, proveniente de la Generación Y. Preguntas como ¿cómo podemos llevar adelante un proceso u operación si quienes deben estar a cargo “andan con la cabeza en otras cosas”? ¿Cómo hacemos para que una empresa, que requiere cierto compromiso, pueda evolucionar? ¿Podremos capacitar a los GY para reprogramarlos?, son algunas con las que varios empresarios están lidiando en estos días.
Pensar estratégicamente (a mediano y largo plazo) nos enfrenta a situaciones como estas. Los Generación X querrán manejar una empresa como “ellos saben hacerlo” y a los Generación Y poco le importará lo que ellos quieran, si no es que están alineados a ciertos valores.
Algo, no menor, es que la Generación Y ya se encuentran ocupando cargos medios o gerenciales en varias empresas. Además, lo de esta generación también son clientes, proveedores, competidores y políticos!, y esto implica que debemos conocer cómo piensan, y readaptar nuestros negocios para sobrevivir.
A mi entender, las empresas mejor preparadas serán aquellas que logren aceptar el cambio, y comenzar a trabajar hoy para construir cimientos firmes para ese entonces.
Ya no es una moda, sino una tendencia, que las empresas destinen esfuerzos a la “responsabilidad social”. No es un plus, sino un must (deber) que tienen. En poco tiempo la empresa, cualquiera sea su envergadura, que no cuide los recursos naturales, proteja el ambiente, sea (realmente) socialmente responsable, no será alternativa.
Como nunca, la estrategia militar dejará paso a la estrategia basada en la innovación, diferenciando y personalizando, generando experiencias y satisfaciendo necesidades.
Creo que las PYMEs tendrán un rol FUNDAMENTAL, ya que el trabajo de explotación de nichos de negocios requerirán una fuerte flexibilidad que las grandes no podrán afrontar, quedando – estas últimas – relegadas a abastecer productos o servicios masivos, en donde la escala favorezca la asimilación de los costos fijos.
APROVECHAR LAS TENDENCIAS
Muchas frases decoran la descripción del sentimiento empresario a la hora de contratar empleados: “encontramos muchos jóvenes que toman el empleo, a los que tenemos que capacitar fuertemente, y luego se van. Nos vuelven locos. Aquellos que se quedan, no tienen expectativas de crecimiento, y así nos está costando generar el recambio generacional”
Hoy estamos preocupados por la inflación, y consideramos entre sus causas la especulación y la falta de inversión. Pero, me consta, que muchos empresarios se sinceran diciendo que tienen dinero y que podrían invertir para crecer, pero la incertidumbre y la falta de personas los limitan.
La educación es (o debiera ser) política de Estado; pero recién tomamos magnitud real de su impacto cuando un país ve afectado su desarrollo por contar con personas no preparadas.
De forma simple, podemos considerar dos elementos que miden al factor humanos en las organizaciones: el desempeño y el potencial.
El desempeño se asocia al grado de cumplimiento de las obligaciones inherentes a una profesión, cargo u oficio. Es decir, cómo una persona desarrolla hoy sus actividades. El potencial, por su parte, nos permite medir la posibilidad de una persona para desarrollar tareas superiores, enfrentar nuevos y mayores desafíos. Por ello, el potencial nos saber si una organización o sociedad cuenta con los recursos humanos suficientes para desafíos futuros.
Si colocáramos ambas variables en un gráfico, podríamos identificar cuatro cuadrantes simbolizados por los personajes de la familia animada más popular: Los Simpsons.
Los ‘Homeros’ no son eficientes. No solo representan una pérdida de eficiencia para la organización, sino que limitan el crecimiento futuro. Si analizáramos un país, los Homero reducen la competitividad y generan inflación. Aquí agrupamos a lo “menos bueno” de las tres generaciones.
Los ‘Marge’ son empleados ideales. Detallistas, preocupados y ocupados por sus funciones. La empresa de hoy funciona con eficiencia gracias a la proporción de Marge que posean. No obstante, al igual que los Homero, son potenciales generadores de inflación porque no permiten aumentar o desarrollar el potencial de las empresas. Aquí podríamos agrupar conceptualmente al 70 u 80% de los Baby Boomers.
Los ‘Bart’ son genios en potencia pero, como tales, su desempeño actual puede no ser el mejor. El desafío está en desarrollar programas de capacitación e incentivos que permitan mantenerlos atraídos y desafiados en sus actuales funciones, siendo una posibilidad la de incorporarlo a diversos proyectos. Aquí tenemos a una gran masa de los Generación Y.
La Generación X tiene un componente 30% Marge, 30% Bart, 30% Liza y 10% Homero.
‘Liza’, finalmente, representa la situación ideal: no solo su desempeño es sobresaliente, sino que encontramos en ellos un potencial para nuevos desafíos. Las organizaciones o países que observan el desempeño actual y el potencial a futuro son los que se aseguran el éxito. En este grupo tenemos al 5% lo mejor de las tres generaciones, con características especiales en cuanto a desempeño y potencial.
De aquí a 5 o 10 años, si no hay medidas que contribuyan a profundizar la educación y capacitación para mejorar el desempeño y potencial de las personas, deberemos acostumbrarnos a vivir en un país lleno de Homeros.
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