Una reciente experiencia desarrollada entre 92 emprendedores y empresarios latinoamericanos revela que quienes tienen mayores posibilidades de desarrollar ideas innovadoras son aquellos que se rodean de muchos y muy variados perfiles de personas.
Por Diego Pasjalidis – Experto en Estrategias e Innovación, Fundador de INSPIRATIVA
El famoso refrán «dime con quien andas…» pretende definirnos en función a quienes nos rodean, como consecuencia de que elegimos a nuestras amistades en función de compartir valores, gustos, sueños. Pero en el mundo de los negocios, esta frase representa una barrera a la innovación.
En un estudio compartido en un post pasado (https://inspirativablog.wordpress.com/2013/11/18/nuevo-rol-de-marketing-el-gps-del-ceo/) presentamos el concepto de «paradigmas sectoriales». Esto mismo puede extrapolarse a las relaciones humanas en cualquier otra área de la vida: el deporte, la amistad, la pareja, familia, además de los negocios.
Otra conclusión emergente del estudio, respuestas que brindaron 92 emprendedores y empresarios y terminaron por complementarse con un juego de ideas desarrollado el pasado 21 de noviembre en Lima (Perú) con otros 25 emprendedores y empresarios, ha demostrado lo siguiente:
Del estudio general (233 casos) surgió:
73% de las ideas que le surgen a una persona, terminan por ser iguales o similares a las que se le ocurren a personas del mismo rubro
27% de las ideas son realmente novedosas, en comparación a un rubro de negocios
Del estudio particular (117 casos)
En este caso, se invitó a cada persona a que solicite ideas (sin juzgar ni condicionar a los participantes) a diferentes grupos de personas de rubros totalmente distintos al suyo, a fin de relevar propuestas para resolver algún problema o mejorar algún aspecto del desempeño de su negocio. Cada grupo se conformaba por 4 a 5 personas, además del sujeto de estudio, y al culminar con el relevamiento dentro de un grupo, la persona se dirigía a relevar ideas de otros 3 grupos más.
Como consecuencia de esto, el emprendedor/empresario contaba con 4 listados de ideas: el propio individual, y tres más propuestos por cada grupo.
Al procesar la información, se obtuvieron los siguientes resultados:
56% de las ideas propuestas por personas de otros rubros son iguales o similares a las que se le ocurren a una persona innovadora
44% de las ideas surgida en los grupos son radicalmente nuevas
.
Estamos en presencia prácticamente de un 60% – 40%, y ambos aspectos tienen su parte positiva. Recordemos que las ideas testeadas son innovadoras para el sector o rubro en donde el emprendedor o empresrio opera, por lo que al relevar un 60% de ideas similares de grupos diferentes puede concluirse que:
a. aquellos que naturalmente no son innovadores pueden generar ideas novedosas consultando o trabajando con personas de experiencia o preparación distinta
b. aquellos que son más innovadores pueden verificar la pertinencia de sus ideas con grupos diferentes, posibilitando la realización de ajustes menores y/o obteniendo una mayor confianza en el desarrollo de las mismas, por contar con apoyo externo
c. incluso para los genios creativos, solicitar la opinión a personas ajenas a su área de conocimiento le posibilita generar un 67% más de nuevas ideas a las propias, con el agregado que su naturaleza es totalmente diferente a la que pudiera haber surgida por colegas, empleados o socios del sector al que pertenece
Además, las ideas se volcaron a un cuadro de ejes que consideraban «posibilidad de desarrollo» (midiendo complejidad, requisito de recursos, etc), e «impacto en el negocio» (midiendo el efecto positivo en imagen, ventas, etc). Lo interesante fue ver que de las ideas propuestas por personas lejanas al rubro se ubicaban en los siguientes cuadrantes:
a. 54% en el cuadrante de alto impacto + alta posibilidad de implementación
b. 14% en alto impacto + baja posibilidad de implementación
c. 11% en alta posibilidad de implementación + bajo impacto
d. 21% en bajo impacto + baja posibilidad de implementación
.
Podemos notar que si sumamos «a + c» tenemos el grupo de ideas novedosas e implementables, con impactos diferentes, lo que suma un 65% del total de ideas colectadas que pueden ser llevadas a la práctica de inmediato. Por otra parte, vemos en el ítem «b» un potencial de 14% de nuevas ideas que son de difícil implementación por parte del emprendedor o empresario, debido a cuestiones de recursos como dinero, tiempo o capacidad operativa. No descartemos a estas últimas sin tratar de pensar en las siguientes preguntas:
¿podría aliarme con alguien que complemente mis necesidades y así compartir los éxitos?
¿quién sería el rubro o empresa ideal?
¿podría llevar la idea para que un socio la financie?
¿podría reservar la idea para cuando haya desarrollado los recursos que aun no poseo?
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Dime con quien andas y te diré el riesgo que tienes de mimetizarte, generando ideas similares y, por ende, obteniendo resultados similares. Recuerden que, como dijo Einstein, locura es hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes.
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