Mariano, de Exaltación de la Cruz, Bolivia, nos escribe: “Estoy en un equipo de fútbol amateur, con perspectivas de profesionalizarnos. El equipo está bien conformado, los jugadores somos muy buenos individualmente y siempre estamos seguros que saldremos campeones. Luego, nos ocurre que logramos posiciones de mitad de tabla. Nos gustaría que logremos algo en este primer semestre. ¿Que nos puede estar faltando? ¿Motivación? Leí sobre coaching deportivo y no sé cómo aplicarlo”
Por Daniel Elhelou (@Dani_Elhelou) – Especialista en coaching inspirativo y Finanzas para PyMEs, Director de INSPIRATIVA.COM
Para este planteo, y muchos otros de naturaleza similar, creo que puede ser de utilidad que les comparta un proceso de coaching grupal que tuvimos con una Banda Rock, como caso testigo para iluminar situaciones como la de Mariano.
Un poco de historia
Habían pasado 4 años de su último show, antes de una nueva presentación. Como todo equipo que quiere lograr cosas importantes, y que a la vez está comprometido con lo que hace, las preocupaciones aparecen. Imagino que cuando una banda quiere que su cliente (su público) viva una fiesta, el compromiso y el involucramiento necesariamente generan una adrenalina extra en el músico. Y con ellos lo experimenté.
EX-IN (www.ex-inoficial.com.ar) se reunía a ensayar periódicamente. Desde hace meses está preparando su re-lanzamiento. El nuevo disco ya estaba a punto de ser terminado, pero había algo en los integrantes que no los tenía tranquilos. Sentían que les faltaba algo más que sonar bien, y solamente tocando y tocando parecía que no alcanzaba.
Lo que les estaba faltando era tener una mirada compartida: entender qué estaban haciendo como equipo cuando ensayaban y cuando estaban arriba de un escenario.
Y lo que lograron en esas reuniones de coaching, fue algo tan simple pero no tan fácil de resolver: darse cuenta “para qué existen” como equipo.
¡Que EX IN sea una fiesta!
En el último encuentro de coaching grupal, EX-IN, la banda de Punk Ska Rock más popular de zona norte de Buenos Aires, Argentina, les pregunté:
Coach D.E.: ¿Qué significa el Ska Punk para ustedes?
Ellos se miraron, hasta se sintieron incómodos de pensarlo. Lo anotaron en el cuaderno que cada uno tenía sobre la mesa y leyeron de a uno por vez lo que habían escrito.
ExIn: “¡El Ska Punk es fiesta!” Fue la respuesta, casi idéntica de cada uno de los integrantes.
Coach D.E.: ¿Entonces qué tiene que pasar en el próximo show para que sea una fiesta? Fue mi siguiente pregunta.
ExIn:”¡Eso mismo, que sea una fiesta! Que haya mucha gente, que bailen toda la noche debajo del escenario, que sonemos bien como banda! ”, me contestaron con los ojos vidriosos, entusiastas, por lo que juntos – como equipo – descubrieron.
Lo que motiva es el “para qué” de la visión
Parecía que la reunión podía concluir en ese momento, pero animé a ir por más.
Coach D.E.: ¿Para qué quieren hacer fiesta tocando en EX – IN?
ExIn: “Queremos trascender”, me contestó Fer Hey Ho, el experimentado baterista. “Quiero que cuando pasen los años, mi hija diga “mi papá toca en esta banda que es terrible, y esté orgullosa de mí”. El resto asintió, compartiendo otras motivaciones que trascendían el próximo show.
Para iluminar el concepto de motivación, podríamos apoyarnos en las palabras de Macu, cantante y líder de EX – IN, quién afirma que “lo que motiva hay que buscarlo en el corazón, de ahí el nombre de nuestro nuevo disco #SiempreElCorazónManda“
Esta experiencia nos demuestra la importancia de pensar en nuestros equipos organizacionales, deportivos, artísticos, teniendo en cuenta:
- ¿Para qué existimos como equipo?
- ¿Qué va a pasar con nosotros cuando lo logremos?
- ¿Qué tenemos que ver para darnos cuenta que lo logramos?
- ¿Qué nos falta?
Encontrar la razón para la cual hacemos las cosas es la fundamental causa de motivación. Cuando buscamos motivación podemos explorar “el para qué hacemos lo que hacemos”. Además, si este proceso lo podemos realizar en equipo el equipo, la motivación grupal puede tener adicionales que solo la buena técnica a veces parecería no ser suficiente.
El momento es hoy
Entonces llegó el día del show, y la banda sonó.
No importaba un desacople. No importaba si una cuerda se cortaba en la guitarra. No importaba el resfrío de uno de los músicos. Hasta no importaba si se acababa la cerveza. Lo que importaba era que esa noche sea una fiesta. Que esa noche sea el primer paso para la trascendencia.
Hay equipos que ganan partidos, otros campeonatos. Si el equipo técnicamente “suena bien”, y además sus integrantes comparten valores y una visión motivante, ese equipo está para ganar campeonatos.
Espero que puedas tener conversaciones de estas con tu equipo, y que sea una fiesta.
Pueden ver a la banda que nos compartió su ejemplo en:
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