Un Líder Sabio es el que “se sabe”, reconciliado consigo mismo, “se saborea”. Es una tarea de toda la vida, ya que siempre vuelven a aparecer incertidumbres y asperezas que impiden esparcir alrededor un “sabor agradable”.
Por Daniel Elhelou (@Dani_Elhelou) – Especialista en Coaching Inspirativo. Director de Inspirativa.com
Líder Sabio se “SABE”, no se “Hace”. Para ir en camino de un Liderazgo con estas características serán necesarias distinguir tres cualidades fundamentales:
- «Saberse a sí mismo», es decir, conocerse y aceptarse, para conocer y aceptar a los otros.
- «Saberse liderado», reconociendo a otros que lo lideran en diversas áreas del la vida.
- «Saberse al servicio del otro», pensando en el otro más que en uno mismo, actuando en consecuencia.
Primera Cualidad: Saberse a sí mismo
La capacidad de auto liderarse es la condición básica para poder ser líder de otros. El trabajo sobre uno mismo es, a menudo, subestimado. Preferimos pedir que sean los otros quienes cambien: el jefe, los demás colaboradores, la política, el estado. El Líder Sabio se descubre vulnerable, y necesitado de transformación.
El Sr. Meyer-Galow, químico y ex director general de una compañía química, escribió en febrero de 1999 acerca del significado de esta capacidad de auto liderarse: “La dirección comienza siempre en la propia persona; esto significa que yo dirijo tal cual soy, y no como he sido entrenado para hacerlo, ya que los patrones de conducta impuestos desde afuera, que no están anclados en mi personalidad, siempre duran poco”. Este aspecto de observarse, aceptarse y liderarse es la dimensión más íntima del liderazgo sabio.
Cuando un líder observa y acepta su intencionalidad, espiritualidad, emociones, necesidades, corporalidad y pasiones, se está acercando a lo que presentamos como Líder Sabio.
Muchos se agotan porque consumen demasiada energía tratando de bloquear aquellos aspectos interiores que les resultan desagradables. Si logramos aprovechar la fuerza oculta tras estos pensamientos y sentimientos, no solamente nos auto dirigiremos correctamente, sino que además tendremos la fuerza suficiente para conducir a otros.
El liderazgo sobre uno mismo conduce a una personalidad que goza de credibilidad y aceptación. Es necesario decirnos cada día nuevamente “si” a nosotros mimos, con nuestros errores y debilidades. Estos pueden existir, y ¡por supuesto que existen!
Segunda Cualidad: Saberse liderado
Quien no experimenta ser liderado por otro no está en condiciones de liderar. Nadie puede ser un Líder Sabio si no le reconoce a otra persona en el contexto que sea el poder del liderazgo. De hecho, es un gesto de humildad reconocerse liderados. Es imposible que una persona sea líder en todos los contextos de su vida.
Saberse humilde, reconociendo y aceptando el liderazgo de otros, le otorga al líder sabio mayor credibilidad y aceptación.
Identificar a quienes nos lideran, entender sus motivaciones, el “para qué” hacen lo que hacen, sus debilidades, sus aciertos y equivocaciones, son parte de este camino del Líder Sabio.
Algunas preguntas: ¿Quiénes nos han liderado en los distintos contextos donde nos hemos desenvuelto? ¿Cómo me he sentido? ¿Qué me hubiese gustado que sea diferente? ¿Qué admiro de mis líderes? ¿Qué puedo aprender de estas experiencias? ¿Cómo me gustaría ser?
Los grandes líderes han sabido reconocer y ofrecer a otros su reconocimiento como tal.
Tercera Cualidad: Saberse al servicio del otro
El Líder Sabio prioriza el bienestar de los demás frente al propio. Un Líder Sabio nunca valora su propio interés por encima del de los demás. Esto no quiere decir que haga lo que los liderados les digan, sino que los escucha, y en la intencionalidad de sus decisiones y acciones está la búsqueda incesante, casi obsesiva, del bien común.
Tendencia actual mundial que se irá potenciando
En las descripciones de seminarios y textos sobre liderazgo encontramos conceptos tales como confianza, conducción auténtica, carga de sentido, espiritualidad, alineación de valores, coaching y mentoring, entre otros.
Todos estos conceptos tienen más relación con la actitud, el comportamiento y la conciencia que con las técnicas de dirección. El desarrollo del liderazgo se acerca siempre más al desarrollo de la espiritualidad, la conciencia, y a la coherencia entre las cosas que pienso, siento, digo y hago.
Al escribir este tipo de artículos, nos inspiramos en otras personas* y a la vez intentamos compartir estos pensamientos con otros tantos. Aunque nuestra vida no sea “un espacio ideal” en donde estas acciones la llevamos a la práctica permanentemente, el hecho de hacer conscientes algunas cuestiones nos permite compartimos nuestros pensamientos y nuestra propia intencionalidad. Mucho falta por andar, pero el camino inicia con el primer paso: lideremos nuestra vida!
*El Concepto de Líder Sabio fue inspirado en mí por Anselm Grum y Frierich Assalander.
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