¿Cuál es la diferencia entre estos conceptos? ¿Para qué nos sirve cada uno de ellos? Son algunas de las preguntas que pretendemos responder en este artículo
Por Diego Pasjalidis (@diegopasjalidis) – Experto en Estrategias e Innovación, Fundador de INSPIRATIVA
En el mundo actual, una buena idea de negocios es fácil y rápidamente copiada por otros. Décadas atrás, para desarrollar un negocio se requería, además del conocimiento, grandes sumas de dinero para fabricar, montar un local comercial y/o promocionar un negocio.
Actualmente, la tecnología ha equiparado las oportunidades de todos: cualquier persona con una buena idea, puede desarrollar un buen negocio. Y si no tuviera una buena idea, puede acceder a ellas a través de Internet, replicando, mejorando o ensamblando experiencias de otros sectores o países para desarrollar un nuevo negocio.
INSPIRACIÓN
Probablemente les ha pasado que en ciertas ocasiones les surge un estímulo que los hace pensar en algo de forma espontánea, sin haberlo buscado, y sin esfuerzo. Eso es la inspiración.
La inspiración es la chispa inicial que enciende la creatividad. La inspiración puede ser la que nos haga decir “¿y si…?” o “¿qué tal si…?” y, a partir de allí, nos haga imaginar diversas alternativas.
CREATIVIDAD
La creatividad no le pertenece solo a los genios, artistas o soñadores. Todos somos creativos, porque todos tenemos la capacidad de crear en nuestra mente, de imaginar. Algunos, somos más creativos en la música, otros en las actividades del hogar; algunos la aplican al arte mientras que otros desarrollan productos.
La creatividad sucede a la inspiración respondiendo con ideas o propuestas a los interrogantes surgidos en la etapa anterior.
INNOVACIÓN
Esta etapa consiste en llevar a la práctica la idea. La creatividad aplicada se denomina innovación, y se evidencia en los hechos. Es aquí en donde las ideas deben concretarse, para lo cual nos encontramos con los problemas del “hacer”: factibilidad técnica (¿cómo lo hago?), factibilidad económica (¿cuál es el costo par hacerlo?), oportunidad comercial (¿es interesante para alguien?), conveniencia (¿es buen momento para hacerlo?), etc.
Es en esta etapa que el 90% de las ideas quedan en el olvido, o se postergan “hasta encontrar el momento oportuno”. Es la última gran valla que un emprendedor debe sortear para desarrollar un producto o servicio que se sostenga en el tiempo.
ESTRATEGIA
La estrategia consiste en alcanzar un objetivo o visión de largo plazo, teniendo en cuenta las fortalezas y debilidades con las que contamos, y considerando las oportunidades y amenazas que nos rodean.
Haber desarrollado un producto o servicio innovador no nos asegura que sea un buen negocio, y si lo fuera, no nos puede asegurar su sostenibilidad en el tiempo.
Para ello, este cuarto paso es importante para todo negocio. La estrategia pretende responder al interrogante “¿cómo…?” una vez definido nuestro público objetivo, y gras conocer sus necesidades e intereses: ¿cómo comunico mi producto? ¿cómo lo comercializo? ¿cómo lo posiciono en el mercado? ¿cómo lo vendo? ¿cómo lo distribuyo? ¿cómo fidelizo a mi cliente? ¿cómo logro la recomendación?, entre otros.
OPERACIONES
Las operaciones son la cocina del negocio. Consiste en la secuencia de actividades y procesos que debemos llevar a cabo para que el negocio funcione: vender, cobrar, fabricar, diseñar, atender, enviar, controlar, pagar.. etc.
La Estrategia responde a la pregunta “¿cómo…?” mientras que las Operaciones debe responder a ¿Qué debe hacerse? ¿Quién debe hacerlo? ¿Cómo debe hacerlo? ¿Cuándo debe hacerlo? ¿Dónde debe hacerlo? ¿Con quién debe hacerlo?, etc.
Las Operaciones son las actividades que día a día debemos realizar para que la estrategia sea llevada a cabo.
Sin adecuadas Operaciones, el negocio corre el riesgo de fracasar comercial o financieramente en el corto plazo.
Sin una adecuada Estrategia, podemos derrochar energía en algo que no necesariamente nos conduzca al éxito (sea cual fuere la definición que le demos a este).
Sin innovación, puede que el negocio no sea sostenible en el mediano plazo.
Sin creatividad estaremos haciendo más de lo mismo que la competencia, por lo que la única forma de sostenernos será siendo más económicos, con el desafío que ello implica.
Sin inspiración, bueno… no podemos vivir sin ella!
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