Una de las famosas Fábulas de Esopo puede dar luz sobre una de las causas de fracaso emprendedor: la constancia versus la rapidez.
Por Diego Pasjalidis (@diegopasjalidis) – experto en estrategias e innovación, Fundador de INSPIRATIVA
Cierto día una liebre se burlaba de las cortas patas y lentitud al caminar de una tortuga. Pero ésta, riéndose, le replicó:
-Puede que seas veloz como el viento, pero yo te ganaría en una competencia!
Y la liebre, totalmente segura de que aquello era imposible, aceptó el reto, y propusieron a la zorra que señalara el camino y la meta.
Llegado el día de la carrera, arrancaron ambas al mismo tiempo. La tortuga nunca dejó de caminar y a su lento paso pero constante, avanzaba tranquila hacia la meta. En cambio, la liebre, que a ratos se echaba a descansar en el camino, se quedó dormida. Cuando despertó, y moviéndose lo más veloz que pudo, vio como la tortuga había llegado de primera al final y obtenido la victoria.
La enseñanza para los emprendedores
- Avanzar con la velocidad de la liebre representa no solo la voluntad sino la capacidad y recursos del emprendedor: tiene deseo, tiene músculos, tiene entrenamiento y tiene velocidad, por eso es veloz. Pero la velocidad no sirve de mucho sin un rumbo determinado. Ser veloz puede llevarnos a los siguientes errores:
- Aburrirnos pronto de los desafíos
- Confiarnos en que siempre ganaremos
- Subestimar a la competencia
Si son rápidos como la liebre, recuerden establecer metas y una visión adecuada a su velocidad: al caminar, con solo un metro de visión nos aseguramos cual será el siguiente paso que daremos. En un automóvil a 100 km/h necesitamos ver, al menos, 100 metros adelante para poder reaccionar a tiempo. En un avión, nuestra visión debe requerirnos kilómetros para poder ajustar nuestro rumbo en caso de necesitarlo.
- Dormirse, como la liebre, no necesariamente implica no hacer nada. Sino que simboliza dejar de avanzar. Por ejemplo, un empleado que hace su rutina a diario está dormido como la liebre cuando deja de avanzar, de estudiar, de aprender, de experimentar, de crear, de probar y equivocarse, de buscar salir de su área de comodidad. Si tus días en tu trabajo se vuelven monótonos, es posible que estés durmiendo como la liebre.
- Avanzar como la tortuga, con seguridad, constancia y paciencia. Aunque parezca lento, parece ser avance más seguro para iniciar un buen camino emprendedor. Pero, lo cierto es que existen sectores de negocios en donde ser tortuga es negativo, como lo son los negocios de oportunidad, desarrollo tecnológico y modas.
Carrera de postas: liebre + tortuga
El camino emprendedor no es una línea recta, sino que presenta obstáculos. Incluso, en cada etapa del mismo tenemos diferentes competidores: al buscar capital, competimos con otros emprendedores de cualquier rubro; al iniciar el proceso, competimos contra nosotros mismos. Al comercializar nuestro producto o servicio, competimos con competencia directa (quienes ofrecen lo mismo) e indirecta (quienes ofrecen un sustituto)
El camino emprendedor requiere liebres y tortugas. Las liebres son útiles en momentos de expansión, en las decisiones rápidas para aprovechar oportunidades. Las tortugas, en cambio, son esenciales para la gestión, planificación y operaciones del negocio. El ímpetu de la liebre debe ser acompañado por la constancia de la tortuga; a la vez que aquellos metódicos pensadores tortuga requieren de liebres para expandir su negocio.
Incluso, una misma persona debe ser más liebre o más tortuga, de acuerdo en la etapa, condiciones y entorno de negocios en los que se encuentre en cada momento. Ser siempre el mismo es una afirmación que, en los negocios, nos puede conducir al fracaso por falta de flexibilidad y adaptabilidad.
Siguiendo la metáfora, podríamos decir que aquellos en los que prevalece el perfil LIEBRE basan sus acciones en dos premisas: ME GUSTA ASUMIR RIESGOS y QUIERO HACERLO RÁPIDO.
Mientras en quienes predominan las característica TORTUGA afirman NO ME GUSTA ASUMIR RIESGOS y QUIERO HACERLO BIEN.
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