El coach que no encuentra su camino; el autor de libros de marketing que no logra que lo contraten para dictar seminarios; el creador de novedosos sitios de posicionamiento web que no consigue clientes en su web ¿qué sucede?
Por Diego Pasjalidis (@diegopasjalidis) – experto en estrategias e innovación, Fundador de INSPIRATIVA
Seguramente todos nos hemos encontrado alguna vez ante paradojas similares. “Somos buenos” o “somos los mejores” en nuestro rubro, sin embargo, nuestro negocio parece indicar lo contrario.
A continuación, compartiré tres casos en los que he trabajado y que me han inspirado para escribir esta nota:
PARADOJA 1: El coach perdido
El coaching es una disciplina que se viene desarrollando fuertemente en el mundo profesional y de negocios. Un coach (“entrenador”) es un profesional que se encarga de guiar, asesorar y acompañar a un coachee (“aprendiz”) para alcanzar un objetivo determinado. Para esto, el coach posee métodos, herramientas y experiencias que le brindan el soporte necesario para desarrollar esta función.
Pero ¿qué ocurre cuando hay muchos coaches? Actualmente, así como ha crecido la disciplina, han crecido la cantidad de alumnos y graduados en esta técnica. Esto hace que el coach no pueda encontrar fácilmente clientes, lo que parece ser una paradoja porque ¿cómo esperar que me guíe alguien que no puede guiarse para conseguir clientes?
PARADOJA 2: El profesional de marketing multitarea
Al igual que en otras disciplinas, en Marketing existen muchos profesionales independientes que compiten con grandes organizaciones, y/o con estudios de menor dimensión. Todos ellos prometen ayudarnos a ser diferentes, a crear valor en nuestro negocio, ganar mercado, etc.
Siendo una de las promesas que ofrecen la diferenciación, algunos optan por ampliar su campo de acción, complementando al marketing con asesoramiento en finanzas, confección de planes de negocios e – incluso – herramientas de motivación.
Creyendo agregar valor para ser diferentes, lo que ocurre es que este profesional – cada vez que agrega un nuevo servicio – va ganando nuevos competidores (ya que en cada área nueva que ofrece, competirá con un experto) y, por ende, va perdiendo la posibilidad de ser bueno, único, o diferente en un nicho.
Nuevamente, la paradoja podría representarse con esta pregunta: Si son tan buen profesional de marketing como dicen ser, ¿por qué no tienen a gran parte del mercado que necesita un profesional de marketing, como cliente?
PARADOJA 3: el mejor posicionamiento web de la prehistoria
Mensajes invitando a “probar nuestro servicio en forma gratuita”, o miles de mails de venta de servicios de posicionamiento en webs, email marketing, etc. nos presentan una nueva paradoja: si nosotros no aceptamos, no ingresamos y borramos sin mirar la publicidad de alguien que dice ser experto ¿por qué funcionaría para nosotros?
El mundo de internet facilita el acceso a muchos emprendedores y profesionales, lo que permite una gran y variada oferta de servicios, por lo que tenemos más opciones para comparar (precios, calidad, etc.) y, por otra parte, demasiada información para tomar decisiones.
Con solo escribir “posicionamiento web”, “email marketing”, o frases similares en buscadores, miles de sitios comienzan su disputa para atraer nuestra atención. Son tantos que nos confunden, y – a la vez – son tan variados que no sabemos qué es lo diferente entre ellos y qué es lo mejor para nosotros.
Al igual que en los casos anteriores, todos dicen saber y ser diferentes; pero si con las herramientas que ofrecen como efectivas y eficientes no consiguen obtener todos los clientes que desean, algo tendrán que cambiar.
DEL LABERINTO SE SALE POR ARRIBA
Estas paradojas están basadas en casos reales sobre los que he trabajado, y no son las únicas. Puedo nombrar profesionales de Diseño Gráfico, Agencias de Turismo, Consultoras de Recursos Humanos, Agencias de Venta de Automóviles Usados, entre otras.
Todas tenían sus dificultades, todas compartían alguna de las paradojas mencionadas más arriba (o un mix de ellas).
Cuando nos encontramos ante este tipo de desafíos, lo mejor es reflexionar y – para ello – les propongo dos frases de Albert Einstein: “Locura es hacer más de lo mismo y esperar resultados diferentes” y “No podemos solucionar los problemas con la misma forma de pensar que los ha creado”.
Por ello, cuando nos encontramos con algunas de estas paradojas, mi sugerencia es: no desesperarnos, ser conscientes que estamos ante una situación (compartida por muchos otros) y proponernos buscar la salida al laberinto “por arriba”, es decir, no haciendo más de lo mismo, ni pensando de igual forma, sino siendo creativos y haciéndonos nuevas preguntas para encontrar nuevas respuestas.
Siempre, siempre, hay una salida. Primero, debemos saber que tenemos que buscar una. Luego, pensar cómo construirla. Finalmente, tomar la decisión de salir de nuestra zona de confort, para cambiar.
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