Empleados que se desmotivan, que hablan por detrás, que se van. Empleados infieles que se gestaron como consecuencia de una palabra de dos letras que les dijera un superior: «no»
Por Diego Pasjalidis (@diegopasjalidis) – experto en estrategias e innovación, fundador de INSPIRATIVA
Algo que toda empresa busca de sus empleados es que sean apasionados. Y esto no es algo reservado para las grandes organizaciones ya que, incluso en los pequeños emprendimientos, se buscan colegas o socios altamente motivados para desarrollar un proyecto.
La pasión es el combustible para muchos negocios: fomenta la creatividad, permite el desarrollo de mejoras comerciales, genera eficiencia de procesos, posibilita un clima laboral ameno y, a la vez, desafiante.
Pero, muchas veces, ocurre que la pasión debe enfrentarse a su peor enemigo: la soberbia del superior.
Mi jefe, una barrera
Sea por inseguridad o ignorancia, muchos jefes colocan barreras a sus empleados, no escuchando sus ideas, no incentivando sus pasiones, o poniendo frenos a sus desarrollos con frases como “no es el mejor momento…”, “no creo que lo aprueben…”, etc.
A un empleado “no apasionado” estas respuestas no lo perturban demasiado, ya que le aseguran mantener su área de comodidad, haciendo lo mejor posible para cumplir con lo que el jefe dice.
Pero en un empleado “apasionado”, la peor respuesta que puede tener es un NO injustificado. Un “no” puede generar dos tipos de conductas:
- Enojo y/o desmotivación
- Efecto “olla a presión”
El primero de los casos, se evidencia en personas proactivas y motivadas, aunque no apasionadas por el tema en sí mismo. Es un caso del que se puede volver, aunque pueden quedar secuelas colaterales, como la generación de “barreras internas” previas que filtren buenas iniciativas creyendo “esto no creo que lo aprueben”.
Efecto “olla a presión”
Los empleados apasionados, no aceptan fácilmente un NO injustificado. Ante una respuesta negativa, buscarán alternativas para desarrollar la idea, lo que puede llegar a fastidiar al superior que, nuevamente por inseguridad o ignorancia, reitera su respuesta negativa “no es no!”.
Como en una olla sobre el fuego, la olla representa a la empresa, el agua representa la iniciativa del empleado, y el fuego es la pasión que este tiene. Un empleado apasionado genera muchas iniciativas dentro de su ámbito, y lo peor que puede ocurrir es que coloquemos una tapa a presión.
La física se aplica aquí también: a mayor temperatura y con mayor presión, se requiere una válvula de escape para que la olla no explote, es decir, que se generen conflictos en el ámbito laboral.
Esa válvula, muchas veces se evidencia con que el empleado “apasionado” se va de la empresa, pero no solo eso, puede ocurrir que:
- Haga malos comentarios sobre sus jefes a otros colegas, otros superiores, e incluso los clientes
- Desarrolle la idea por su cuenta, teniendo un emprendimiento paralelo a través del cual canalice sus pasiones, manteniendo su actividad laboral solo como fuente de ingreso
- Ofrezca sus ideas a otros, divulgando su proyecto (ganando o no dinero con ello), lo que le permite sentirse realizado o reconocido
Coherencia y consistencia
Para que los negocios sean sostenibles y sustentables, es necesario contar con un equipo comprometido, creativo e innovador. Pero si buscamos estas características de la gente, tengamos muy presente el liderazgo que debemos desarrollar en los cuadros superiores.
Muchas Consultoras de Selección buscan “personas creativas, con ideas, que busquen espacios desafiantes” que, al quedar seleccionadas y al ingresar a trabajar, se encuentran en pequeñas ollas con grandes tapas.
Atención, el fuego puede apagarse, pero la pasión no.
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