El mundo Emprendedor y el Financiero son esenciales para el desarrollo de un país. Pero ¿los consejos que aseguran el éxito en Finanzas puede llevarnos al fracaso Emprendedor?
Por Diego Pasjalidis (@diegopasjalidis) – experto en Estrategias e Innovación, Fundador de INSPIRATIVA
Mientras que los emprendedores se preocupan por desarrollar productos, comercializarlos, y hacer crecer su negocio, los inversores – en cambio – basan su estrategia en tratar de anticiparse a lo que otros harán, incluso, sin tener ni siquiera una mínima idea del negocio al que apostarán.
Los que son consejos para los inversores de la Bolsa se transforman anti-consejos para los que desean emprender. Aquí, algunas dicotomías.
DICOTOMÍA 1: HACER LO QUE TODOS HACEN
Aquellos que acceden a información privilegiada, tienden a tomar las primeras decisiones de inversión bajo una promesa o expectativa, para luego ser seguidos por muchos otros que emulan sus pasos. Y de hecho la profecía se cumple porque – indefectiblemente – si todos toman la misma decisión de inversión, las acciones incrementarán su valor.
Esto es radicalmente diferente en el mundo emprendedor, ya que si un negocio es bueno y genera el interés de otros, el ingreso de muchos competidores lo terminan destruyendo. ¿Recuerdan los casos del parri-pollo, video-clubes o canchas de paddle?
Mientras que en el mercado bursátil deseamos que otros nos sigan, reduciendo la barrera del desconocimiento y convenciéndolos, en el mundo emprendedor debemos crear barreras y cuidar el conocimiento para que ingrese la menor cantidad de competencia.
DICOTOMÍA: IRSE CUANDO NOS VAYA MAL O CUANDO HAYA UNA MEJOR OPORTUNIDAD
En la Bolsa, podemos retirarnos de forma inmediata cuando no nos va bien, o cuando estamos satisfechos y o deseamos probar nuevas acciones o posibilidades.
En el mundo emprendedor, una vez que apostamos, nos quedamos. Hemos invertido, además de tiempo y dinero, nuestro orgullo y pasión. No se trata de vender y comprar “papelitos” desde la casa, sino de despedir personal, desechar stock, afectar nuestra moral. Y, aunque quisiéramos, si nos ha ido mal, difícilmente encontremos alguien que desee comprar un mal negocio, impidiéndonos la posibilidad de recuperar algo de lo que invertimos.
DICOTOMÍA 3: ES NECESARIO SABER HACER
Para invertir en una acción, no es necesario conocer y saber hacer en el negocio que invertimos. Yo he invertido en acciones de una fábrica de vidrio, y poca idea tenía sobre el proceso, clientes o mercado. El inversor bursátil apuesta a que otros saben: el dueño de la empresa sabe sobre su negocio, los otros inversores saben que algo ocurrirá y por eso compran acciones.
Por su parte, el emprendedor no puede no saber hacer en su negocio. Y esto no solo se refiere al producto o proceso, sino a saber vender, comunicar, administrar sus finanzas.
Un “inversor bruto” puede hacer buenos negocios con buena información; mientras que un “emprendedor bruto” no sobrevivirá en el negocio, por mayor información que tenga.
DICOTOMÍA 4: UN BUEN PRODUCTO ES UN BUEN NEGOCIO
Al emprender, independientemente de la preparación previa que tengamos, asumimos varios riesgos: operativos, comerciales, económicos, financieros, etc.
Para “jugar” el mercado bursátil, los riesgos son otros, y se asocian al grado de información y a la oportunidad en la toma de decisión. Incluso el valor de las acciones de empresas con mal desempeño puede subir, por ejemplo, cuando se encuentran yacimientos de petróleo, o se habla sobre posibilidades de ajustes tarifarios en empresas de energía hasta hoy con mal desempeño.
Las acciones suben con expectativas o promesas; pero en los negocios “reales” se crece con certeza, innovación y estrategia.
Los riesgos bursátiles se pueden morigerar invirtiendo en varias acciones; mientras que aquellos que emprenden invirtiendo dinero, tiempo, energía, etc., ponen todos sus huevos en una sola canasta.
DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA
- Invertir en la Bolsa es simple y rápido, y se puede hacer desde el celular, desde la casa. Emprender, por su parte, requiere un modelo de negocios adecuado, una estrategia, un plan, y asumir riesgos internos, además de los externos.
- Cualquiera puede ser un inversor bursátil; pero no cualquiera puede ser emprendedor (ni, mucho menos, un emprendedor exitoso).
- El inversor bursátil no debe lidiar con sindicatos, empleados proveedores. Ni siquiera tiene un nombre u oficina para ir a reclamarle por qué vende sus acciones; mientras que el emprendedor está en el campo de batalla todos los días.
- El inversor aporta combustible a un negocio; mientras que el emprendedor construye, mantiene y maneja el auto.
Ambos aportan a la economía, pero su esencia es diferente. Para graficar la diferencia entre compromiso y participación recurro al ejemplo del sándwich de jamón y queso, en el cual la vaca participa (aportando su leche para el queso) mientras que el cerdo se compromete (dando su vida por el jamón).
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