La cocina es unos de los lugares por excelencia elegidos para imaginar y crear. Aquí, las enseñanzas que esta disciplina nos puede dar para innovar en nuestro día a día.
Por Diego Pasjalidis, autor del Best Seller «Inspiración Extrema. Experto en Estrategias e Innovación
¿Cómo puede ser que los programas de cocina no aburran? Después de todo, debería llegar un momento en que todo puede volverse monótono y reiterativo. Pero parece que esto no ocurrirá nunca.
Cada vez más programas de tv se agregan año a año a los ya existentes desde hace décadas, y parece que todos pueden ofrecer algo distintivo para atrapar a la audiencia y sostenerse con publicidad.
Todo con los mismos ingredientes
Si nos ponemos a pensar, todo se trata de lo mismo. Mismos insumos, un entorno de cocina, y una persona cocinando algo que nuca repetiremos, probaremos ni olfatearemos. Sin embargo, hay cientos de propuestas a toda hora.
Esto, en cualquier otro negocio, se explica con el desarrollo de un “modelo de negocios diferencial”. Aunque tengamos los mismos elementos y habilidades, podemos desarrollar infinitos modelos de negocios a partir de un mismo concepto base, como ocurre en los programas de cocina: cocina rápida, cocina para novatos, concursos de chefs, concursos de peores cocineros, cocina itinerante, postes y dulces, etc, etc… y más etc.
Para quienes ofrecemos un producto o servicio, podemos aprender a desarrollar modelos de negocios, buscando nuevos segmentos, nuevas formas de venta, nuevos canales de comunicación, nuevas experiencias.
¿A qué segmento puedo orientar mi negocio, de forma de encontrar un nicho de oportunidades? ¿Qué debería ajustar para ser exitoso en él? ¿Cómo y con quién podría hacerlo?
Vista, valor y sabor
En concursos como MasterChef se desafía a los participantes a crear platos a partir de diferentes retos. Seguramente, aquellos que han visto algunos de estos programas, notarán que no gana el cocinero con más conocimiento o experiencia, sino aquel que logra un adecuado balance entre la forma en que se presenta el plato, el valor que le agrega a los ingredientes, y el sabor.
En los negocios, hablamos de cómo nos ven los clientes, la propuesta de valor diferencial que entregamos con nuestro producto o servicio, y la experiencia de uso.
Podemos innovar en cualquiera de los tres campos para conseguir diferenciarnos y ser la elección de nuestros clientes. Para ello, podemos reflexionar:
¿Qué imagen o mística podemos crear alrededor de nuestro negocio? ¿Cómo podemos impactar a sus sentidos con lo que ofrecemos? ¿Cuál es el valor diferencial (funcional y emocional) que nuestro producto o servicio ofrece respecto a la competencia y a lo que el cliente paga? ¿Qué podemos hacer para mejorar esa propuesta de valor diferencial? ¿Qué podemos hacer para que la experiencia de encontrarnos, consultarnos, comprarnos, retirar el producto o usarlo sea más sorprendente y diferente? ¿Qué podemos hacer para mantener nuestro diferencial de valor aún luego de que el cliente haya comprado lo que ofrecemos?
Menos es más
Aquellos que agregarte demasiada complejidad al plato, normalmente son criticados con la frase “menos es más”.
Hacerlo simple no solo facilita la comprensión de la propuesta de valor por parte del cliente, sino que nos facilita el proceso y nos permite mayor eficiencia, menos controles, más posibilidad de crecer y mayor consistencia de lo que ofrecemos.
¿Qué podemos eliminar o reducir de nuestro producto o servicio que no es percibido como valor por parte del cliente? ¿Qué podemos dejar en manos del cliente para que personalice a su gusto? ¿Qué partes del producto o servicio podemos ofrecer de forma simple a un valor adecuado, y luego – para aquellos que lo requieran – ofrecer una mejora por un valor adicional? ¿Qué parte de los costos variables de nuestro producto o servicio podrían ser eliminados, transferido o reducidos sin que esto afecte la experiencia o el valor al cliente?
Si con un mismo puñado de ingredientes, con iguales máquinas e instalaciones, y con conocimientos similares, la industria televisiva ofrece propuestas diferentes de cocina, ¿por qué no emular estas prácticas para innovar en nuestro negocio?
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