Las 3 pobrezas que condicionan tu futuro

 

¿Qué es ser pobre? ¿Todos vemos lo mismo? En un mundo con valores relativos debemos volver a las raíces para  cambiar nuestra realidad.

Por Diego Pasjalidis – Director de las Carreras Ingeniería Industrial y Licenciatura en Gestión Ambiental de UADE. Autor de Inspiración Extrema

Les propongo el siguiente ejercicio: identifiquen la gente pobre con la que se han visto durante el día. Tanto en reuniones, en la calle, por TV, en internet, recordemos aquellos pobres que, lamentablemente, han pasado aunque sea unos segundos frente a nosotros.

Si hicieron el ejercicio lo primero que han logrado es dedicarle unos segundos de su pensamiento a estas personas que – creyéndose invisibles o poco importantes – ignoran que ustedes (en este preciso instante) las están considerando. Pero esto es solo el comienzo.

¿Qué es ser pobre?

La definición, de por sí, es pobre. El término se asocia tanto a quien “no tiene lo necesario para vivir”, como a “humilde o de poco valor”, “infeliz, desdichado y triste”, “corto de ánimo y espíritu”, y la lista puede seguir según consultemos el diccionario de la Real Academia o cualquier otro libro sobre psicología, sociología o economía.

El paradigma del pobre que hemos aceptado se refiere a aquel que vive bajo la línea de pobreza, sin acceso a la nutrición básica ni a los servicios esenciales para tener una vida digna. Sin embargo, la pobreza no excluye al resto de la población.

¿Acaso no vemos con frecuencia cómo personas supuestamente “exitosas” se quitan la vida o tienen conductas que dañan su salud por alguna falta emocional? Según la definición, ellos también son pobres porque no tienen lo que necesitan para vivir, y en este caso puede ser contención emocional, un motivo, una razón, siendo que lo demás lo tienen en abundancia.

Lo mismo ocurre para una persona que carece de una buena salud o de alegría en su vida. Sí, la definición de pobre también lo incluye.

Cerebro, corazón, y estómago

La pobreza no es una cuestión exclusivamente social o económica. A mi entender, nada más lejos de ello. La misma tiene que ver con la falta en tres aspectos de nuestra vida.

La pobreza emocional es uno de estos elementos debido a que si nos falta la alegría, el amor o la esperanza, nada de lo demás que tengamos nos será suficiente. La pobreza intelectual, por su parte, se asocia con el aprendizaje, el conocimiento para comprender y mejorar, y el necesario para enseñar a que otros mejoren.

Finalmente, la pobreza vital. Esta efectivamente es la que está asociada a las condiciones de alimentación, salud y abrigo esenciales para poder vivir. Esto tiene que ver con recibir las calorías y condiciones de higiene necesarias para nuestra supervivencia, y brindar las mismas para que otros también sobrevivan.

En la medida que nos falte algo en alguno de estos aspectos, seremos pobres. En la medida que podamos satisfacer alguno de estos aspectos en otros, seremos ricos.

¿Qué estás haciendo para cambiar tu realidad?
¿Qué estás haciendo para desarrollar tu riqueza?

Si queremos cambiar el futuro de una persona, una familia, un país o el mundo, debemos trabajar en satisfacer los tres niveles de pobreza (propios y de los otros) a la vez, porque solo basta con dejar uno de ellos sin atender para que el futuro no sea sostenible.


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